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1 Samuel 27:1 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

1 Dawid se dijo: “Algún día voy a perecer ciertamente a manos de Shaúl. Lo mejor para mí es escapar a la tierra de los pelishtinos; Shaúl entonces desistirá de buscarme por el territorio de Yisrael, y escaparé de él”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Dijo luego David en su corazón: Al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl; nada, por tanto, me será mejor que fugarme a la tierra de los filisteos, para que Saúl no se ocupe de mí, y no me ande buscando más por todo el territorio de Israel; y así escaparé de su mano.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Pero David seguía pensando: «Algún día Saúl me va a atrapar. Lo mejor que puedo hacer es escapar y vivir entre los filisteos. Entonces Saúl dejará de buscarme en el territorio israelita, y por fin estaré a salvo».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 David se dijo: 'Un día de estos Saúl me va a matar. Es mejor que me refugie entre los filisteos. Así dejará Saúl de buscarme en todo el territorio de Israel y yo me escaparé de sus manos'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Pero David dijo en su corazón: Algún día voy a perecer por la mano de Saúl. Nada me será mejor que escapar de inmediato a tierra de los filisteos; así Saúl desistirá de buscarme por todo el territorio de Israel, y escaparé de su mano.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Pero David se dijo en sus adentros: 'Algún día voy a perecer a manos de Saúl. Nada mejor para mí que escaparme a tierra de los filisteos, para que así Saúl desista de volver en mi busca por todo el territorio de Israel. Así me libraré de sus manos'.

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1 Samuel 27:1
29 Referencias Cruzadas  

Yarovam se dijo: “Ahora el reino podrá volver a la Casa de Dawid.


Así que el rey tomó consejo, e hizo dos becerros de oro. Y le dijo al pueblo: “¡Ustedes han estado subiendo a Yerushalem por mucho tiempo! ¡Aquí tienes a tu Elohim, oh Yisrael, que te hizo subir de la tierra de Mitsráyim!”


Entonces él tuvo miedo, y huyó enseguida para salvar su vida. Llegó a Beer-Sheva, que pertenece a Yahudah, y dejó allí a su criado;


Amatsyahu, rey de Yahudah, tomó consejo y mandó a decir a Yoash hijo de Yahoajaz, hijo de Yahú, rey de Yisrael: “¡Ven, y enfrentémonos!”


y dije rudamente: “Todos los hombres son falsos”.


Huiría muy lejos, moraría en el desierto. (Pausa)


¿No fue esto mismo lo que te dijimos en Mitsráyim: ‘Déjanos tranquilos, para que sirvamos a los mitsritas, pues es mejor servir a los mitsritas que morir en el desierto’?


La esperanza que se tarda enferma el corazón, pero el deseo realizado es árbol de vida.


Yo, yo soy el que los consuela. ¿Qué te aflige para que temas al hombre que tiene que morir, mortales que comparan con el pasto?


¿Por qué Yahweh nos está llevando a esa tierra, para que caigamos a espada? ¡Nuestras esposas y nuestros hijos serán botín! ¡Sería mejor que regresáramos a Mitsráyim!


Enseguida Yahoshúa extendió la mano, lo sostuvo y le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?”


Y a ellos les dijo: “¿Por qué se acobardan? ¿Todavía no tienen fe?”


Desde que llegamos a Macedonia nuestros cuerpos no han tenido descanso, sino tribulación por todos lados: por fuera conflictos, por dentro temores.


Y Yahweh le dijo a Shemuel: “¿Hasta cuándo estarás apenado por Shaúl, ya que lo he rechazado como rey sobre Yisrael? Llena tu cuerno de aceite y emprende viaje; te voy a enviar donde Yishay el betlejemita, porque me he decidido por uno de sus hijos para que sea rey”.


Shemuel tomó el cuerno de aceite y lo ungió en presencia de sus hermanos; y el espíritu de Yahweh se apoderó de Dawid desde ese día. Shemuel entonces salió hacia Ramah.


Dawid juró aún más: “Tu padre sabe que tú me estimas y ha decidido: Yahonatán no debe enterarse de esto para que no se ponga triste. Pero por vida de Yahweh y por vida tuya, que hay un sólo paso entre mí y la muerte”.


Pero el profeta Gad le dijo a Dawid: “No te quedes en la fortaleza; vete enseguida al territorio de Yahudah”. Así que Dawid salió y se fue al bosque de Jéret.


Le dijo: “No tengas miedo: la mano de mi padre Shaúl nunca te tocará. Tú vas a ser rey sobre Yisrael y yo seré tu segundo; y aún mi padre Shaúl sabe que esto es así”.


Y cuando Yahweh haya realizado para mi amo todo el bien que le ha prometido a usted, y lo haya nombrado gobernante de Yisrael,


Ahora, dígnese mi amo el rey oír a su servidor. Si Yahweh lo ha incitado a usted contra mí, que se aplaque con una ofrenda; pero si son los hombres, que sean malditos por Yahweh. Porque me han expulsado hoy, de manera que no puedo tener parte en la propiedad de Yahweh, sino que me han dicho: ‘Vete a adorar otros elohim’.


Los príncipes pelishtinos vinieron marchando, cada cual con sus unidades de centenares y de millares; y Dawid y sus hombres vinieron marchando últimos, con Akhish.


Los oficiales pelishtinos preguntaron: “¿Quiénes son esos hebreos?” Akhish le contestó a los oficiales pelishtinos: “Ese es Dawid, el servidor del rey Shaúl de Yisrael. Él ha estado conmigo por un año y pico, y no he hallado falta en él desde el día en que desertó hasta hoy”.


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