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1 Samuel 2:16 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

16 Y si el hombre le decía: “Que primero conviertan en humo el sebo, y entonces toma toda la que quieras”, él contestaba: “No, pásamela enseguida o te la quito por la fuerza”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

16 Y si el hombre le respondía: Quemen la grosura primero, y después toma tanto como quieras; él respondía: No, sino dámela ahora mismo; de otra manera yo la tomaré por la fuerza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Si el hombre que ofrecía el sacrificio respondía: «Toma toda la que quieras, pero solo después de quemarse la grasa», el sirviente insistía: «No, dámela ahora o la tomaré por la fuerza».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Y si alguien le respondía: 'Espera primero a que se queme la carne, luego toma lo que quieras', le replicaba: '¡No, tienes que dármelo en seguida, si no lo tomaré a la fuerza!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Y si el hombre le respondía: Quémese primero la grosura, y después toma lo que desee tu alma; le decía: No, sino que me la darás ahora mismo; pues si no, la tomaré por la fuerza.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Y si el hombre le decía: 'Hay que quemar primero la grasa, después tomarás lo que te plazca', le respondía el criado: 'No; me lo darás ahora mismo, si no, lo tomaré por la fuerza'.

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1 Samuel 2:16
9 Referencias Cruzadas  

Los gobernadores que me precedieron pusieron una pesada carga sobre el pueblo, y tomaron de ellos cuarenta shékels de plata, después del pan y el vino. También sus criados tiranizaban al pueblo. Pero yo no hice así por respeto a Elohim.


El sacerdote convertirá esto en humo sobre el altar como alimento, una ofrenda encendida de olor grato. Toda la grasa es de Yahweh.


Así les dice Yahweh a los profetas que extravían a mi pueblo, que proclaman paz cuando tienen algo que masticar, pero le declaran la guerra al que no les llena la boca:


Pero los danitas respondieron: “No nos grites, que algunos hombres desesperados podrían atacarte, y tú y tu familia podrían perder la vida”.


[Pero ahora,] aun antes de que convirtieran en humo la presa cebada, venía el muchacho del sacerdote y le decía al que estaba sacrificando: “Pásame un poco de carne para asársela al sacerdote; porque él no te aceptará carne hervida, solamente cruda”.


El pecado de los jóvenes contra Yahweh era muy grande, porque los hombres trataban impíamente las ofrendas de Yahweh.


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