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1 Samuel 2:15 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

15 [Pero ahora,] aun antes de que convirtieran en humo la presa cebada, venía el muchacho del sacerdote y le decía al que estaba sacrificando: “Pásame un poco de carne para asársela al sacerdote; porque él no te aceptará carne hervida, solamente cruda”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

15 Asimismo, antes de quemar la grosura, venía el criado del sacerdote, y decía al que sacrificaba: Da carne que asar para el sacerdote; porque no tomará de ti carne cocida, sino cruda.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Algunas veces el sirviente llegaba aun antes de que la grasa del animal fuera quemada sobre el altar. Exigía carne cruda antes de que hubiera sido cocida, para poder asarla.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Incluso antes de que se quemara la grasa, llegaba el sirviente del sacerdote y decía al que estaba ofreciendo el sacrificio: 'Dame carne para asársela al sacerdote, él no aceptará carne cocida, sino únicamente carne para asarla'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Asimismo, antes de quemar la grosura, el criado del sacerdote se acercaba y decía al que sacrificaba: Da al sacerdote carne para asar, porque no tomará de ti carne cocida, sino cruda.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Ya antes incluso de que se quemara la grasa, venía el criado del sacerdote y decía al que ofrecía el sacrificio: 'Dame la carne para asársela al sacerdote; porque no te aceptará carne cocida, sino cruda'.

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1 Samuel 2:15
8 Referencias Cruzadas  

No coman nada de él crudo, ni cocido de algún modo con agua, sino asado –cabeza, patas, y entrañas– sobre el fuego.


El sacerdote convertirá esto en humo sobre el altar como alimento, una ofrenda encendida de olor grato. Toda la grasa es de Yahweh.


Porque tales personas no le sirven al Mashíaj nuestro Maestro, sino a sus propios vientres, y con palabras melosas y adulaciones engañan los corazones de los ingenuos.


El fin de ellos será la perdición; su deidad es su estómago; su gloria se halla en su vergüenza; y piensan solamente en lo terrenal.


Estos que participan en sus comidas fraternales son arrecifes ocultos, se apacientan a sí mismos sin temor alguno. Son nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos. Son árboles marchitos como en otoño, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados.


y la echaba en el caldero, o en la sartén, o en la olla, o en la cacerola; y cualquier cosa que sacara el tenedor, el sacerdote se lo llevaba. Esta era la práctica en Shiloh con todos los yisraelitas que iban allí.


Y si el hombre le decía: “Que primero conviertan en humo el sebo, y entonces toma toda la que quieras”, él contestaba: “No, pásamela enseguida o te la quito por la fuerza”.


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