Además su rival, para molestarla, le echaba en cara que Yahweh le había cerrado el vientre.
Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos.
De manera que Penina se mofaba y se reía de Ana porque el Señor no le había permitido tener hijos.
Su rival la humillaba por esto y no hacía más que aumentar su pena.
Y su rival la provocaba con porfía para irritarla, porque YHVH había cerrado su matriz.
Su rival la mortificaba e incluso lograba irritarla, porque Yahveh le había cerrado el seno.