Levanté otra vez la vista, y vi ante mí cuatro carros de guerra. Los carros salían de en medio de dos montañas de bronce.
De nuevo alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro carros que salían de entre dos montes; y aquellos montes eran de bronce.
Entonces levanté la mirada otra vez y vi cuatro carros de guerra que salían de entre dos montañas de bronce.
Tuve otra visión: cuatro carros salían de entre dos cerros y los cerros eran de bronce.
Volví a alzar mis ojos y miré, y he aquí cuatro carros que salían de entre dos montes, y los montes eran montes de bronce.
Volví a levantar los ojos y tuve una visión: vi cuatro carros que salían de entre dos montes. Los montes eran de bronce.