3 (5) Sé muy bien que soy pecador, y sé muy bien que he pecado.
Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí.
Pues reconozco mis rebeliones; día y noche me persiguen.
Ten piedad de mí, oh Dios, en tu bondad, por tu gran corazón, borra mi falta.
Porque yo reconozco mis transgresiones, Y mi pecado está siempre delante de mí.
Apiádate de mí, Señor, según tu gracia, borra, en tu gran misericordia, mis pecados,