9 (10) Dios mío, pongo ante ti mis más grandes deseos; ¡no te los puedo esconder!
Señor, delante de ti están todos mis deseos, Y mi suspiro no te es oculto.
Señor, tú sabes lo que anhelo; oyes todos mis suspiros.
Señor, ante ti están todos mis deseos, no se te ocultan mis gemidos.
¡Oh Adonay, ante ti están todos mis deseos, Y mi suspiro no te es oculto!
Estoy entorpecido, del todo quebrantado, rugiendo de los bramidos de mi pecho.