En ese preciso instante la mujer salió a su encuentro. Iba vestida como una prostituta, y no disimulaba sus intenciones.
Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro, Con atavío de ramera y astuta de corazón.
La mujer se le acercó, vestida de manera seductora y con corazón astuto.
De repente, sale ella a su encuentro, vestida como prostituta y tapada con un velo.
La mujer sale a su encuentro, Taimada de corazón, ataviada de ramera,
Entonces la mujer sale a su encuentro, como una cortesana, cubierta con un velo.