Yo, el Hijo del hombre, soy quien decide qué puede hacerse y qué no puede hacerse en el día de descanso.
Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.
Así que el Hijo del Hombre es Señor, ¡incluso del día de descanso!
Sepan, pues, que el Hijo del Hombre también es dueño del sábado.
Por tanto, el Hijo del Hombre es también Señor del sábado.
Así, pues, también del sábado es señor el Hijo del hombre'.