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Juan 3:10 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

10 Jesús le contestó: —Tú eres un maestro famoso en Israel, y ¿no lo sabes?

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Jesús le contestó: —¿Tú eres un respetado maestro judío y aún no entiendes estas cosas?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Respondió Jesús: 'Tú eres maestro en Israel, y ¿no sabes estas cosas?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no conoces esto?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Jesús le respondió: '¿Tú eres maestro de Israel, y no lo sabes?

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Juan 3:10
28 Referencias Cruzadas  

Jesús contestó: —Ustedes están equivocados. Ni saben lo que dice la Biblia, ni conocen el poder de Dios.


»Yo haré que ellos cambien su manera de pensar y su manera de adorarme. Haré que dejen de ser tercos y testarudos, y los haré leales y obedientes.


No hagan caso de los fariseos: son como el ciego que guía a otro ciego, y si un ciego guía a otro, los dos terminan cayéndose en una zanja.


En ese momento, Jesús se dirigió a Dios y le dijo: «¡Padre, tú gobiernas en el cielo y en la tierra! Te doy gracias porque no mostraste estas cosas a los que saben mucho y son sabios, sino que las mostraste a los niños.


»Ustedes, jefes de mi pueblo, deberían protegerlo como perros guardianes; pero parecen estar ciegos, no se dan cuenta de nada; parecen estar mudos, no hacen ni dicen nada; les gusta mucho dormir, se pasan la vida durmiendo y soñando.


16 (15) »Los jefes engañaron a este pueblo, y confundieron a toda su gente.


1 (1b) Dios es muy bueno con Israel y con la gente sincera.


10 (12) Dios mío, no me dejes tener malos pensamientos; cambia todo mi ser.


6 (8) Tú quieres que yo sea sincero; por eso me diste sabiduría.


Y te pido que le des a mi hijo Salomón el profundo deseo de obedecer y poner en práctica todos tus mandamientos; también te pido que le permitas construir el templo con estos materiales que he reunido».


Dios hará que se olviden de hacer el mal. Entonces ustedes y sus descendientes lo amarán y lo obedecerán con toda su mente y con todo su ser, y no por obligación. Así podrán vivir muchos años.


Pero no sean tercos, ni se olviden jamás del pacto que tienen con Dios.


Los verdaderos circuncidados somos nosotros, los que guiados por el Espíritu adoramos a Dios y estamos orgullosos de pertenecer a Jesucristo. Nosotros no creemos que podamos hacer nada para salvarnos. Si la salvación dependiera de la circuncisión, yo podría sentirme más orgulloso que cualquiera:


No crean que ustedes son judíos solo porque viven como judíos y porque están circuncidados.


Los judíos se circuncidan en señal de que son parte del pueblo de Dios. Pero a ustedes Dios los hizo parte de su pueblo al unirlos a Cristo, y así les quitó el deseo de seguir pecando. Esa fue la circuncisión que Dios mismo les hizo.


Al día siguiente encontraron a Jesús en el templo, en medio de los maestros de la Ley. Él los escuchaba con atención y les hacía preguntas.


En cierta ocasión, Jesús estaba enseñando en una casa. Allí estaban sentados algunos fariseos y algunos maestros de la Ley. Habían venido de todos los pueblos de Galilea, de Judea, y de la ciudad de Jerusalén, para oír a Jesús. Y como Jesús tenía el poder de Dios para sanar enfermos,


Nicodemo volvió a preguntarle: —¿Cómo puede suceder esto?


Pero un fariseo llamado Gamaliel ordenó que sacaran a los apóstoles por un momento. Gamaliel era maestro de la Ley, y los judíos lo respetaban mucho,


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