»¿Cómo puedo atreverme a citar a Dios ante un tribunal, si soy un simple mortal?
Porque no es hombre como yo, para que yo le responda, Y vengamos juntamente a juicio.
»Dios no es un mortal como yo, por eso no puedo discutir con él ni llevarlo a juicio.
El no es un hombre como yo, para decirle: Comparezcamos juntos en juicio.
Porque no es hombre como yo para que le responda, Y vayamos juntos a juicio.
Él no es hombre como yo: no cabe discutir, y comparecer juntos ante un tribunal.