»Dios acepta al honrado, y rechaza al malvado.
He aquí, Dios no aborrece al perfecto, Ni apoya la mano de los malignos.
»Sin embargo, mira, Dios no rechazará a una persona íntegra, tampoco dará una mano a los malvados.
No, Dios no desprecia al hombre íntegro, ni tampoco toma de la mano a los malvados.
Mira que Dios no rechaza al íntegro, Ni sostiene la mano de los malvados.
No; Dios no desprecia al justo, ni presta ayuda a los malvados.