Si en verdad fueran mis amigos, no me abandonarían, aunque yo no obedeciera a Dios.
El atribulado es consolado por su compañero; Aun aquel que abandona el temor del Omnipotente.
»Uno debería ser compasivo con un amigo abatido, pero tú me acusas sin ningún temor del Todopoderoso.
El que niega la compasión al prójimo desecha el temor del Omnipotente.
Para el abatido es la lealtad de los amigos, Aunque haya abandonado el temor de ’El-Shadday.
Quien niega la piedad al amigo abandona el temor de Sadday.