»Bien mereces que Dios te juzgue como él juzga a los malvados.
Mas tú has llenado el juicio del impío, En vez de sustentar el juicio y la justicia.
pero te obsesiona saber si los incrédulos serán juzgados. No te preocupes, el juicio y la justicia prevalecerán.
Entonces enjuiciarás al malvado justicia y derecho estarán en tus manos.
Pero tú te has saturado del juicio que merece el inicuo, En vez de sustentar el derecho y la justicia.
Pero, si juzgas igual que un impío, la condena te alcanzará.