Mis palabras eran bien recibidas, y nadie me contradecía.
Tras mi palabra no replicaban, Y mi razón destilaba sobre ellos.
Y después que hablaba, no tenían nada que agregar porque mi consejo les satisfacía.
Después que había hablado, nadie replicaba.
Después de hablar yo, nada añadían, Mis palabras destilaban sobre ellos,
A mis palabras nadie replicaba, sobre ellos mi discurso caía gota a gota.