A unos y a otros les piden que dejen de obedecer a Dios; no quieren que sigan hablando del Dios santo de Israel.
dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al Santo de Israel.
Olvídense de toda esta tristeza; apártense de su senda estrecha. Dejen de hablarnos acerca del “Santo de Israel”».
Desvíense del camino, no sigan esa ruta, quiten de nuestros ojos al Santo de Israel.
¡Desviaos del camino, apartaos de la senda! ¡Quitad de delante de nosotros al Santo de Israel!
apartaos del camino, desviaos del sendero, dejadnos en paz con tanto repetir: ¡El Santo de Israel!'.