No te estoy enviando a países donde se hablan idiomas desconocidos para ti. Pero si lo hiciera, la gente de esos países te haría caso.
Porque no eres enviado a pueblo de habla profunda ni de lengua difícil, sino a la casa de Israel.
No te envío a un pueblo de extranjeros que habla un idioma que no comprendes.
No te envío a un pueblo extranjero cuya lengua te sería difícil, sino a la casa de Israel.
Porque no eres enviado a un pueblo de habla profunda ni de lengua difícil, sino a la casa de Israel.
Pues no eres enviado a un pueblo de idioma incomprensible y lengua difícil; es a la casa de Israel.