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2 Samuel 4:8 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

8 hasta llegar a Hebrón. Una vez allí, le llevaron a David la cabeza de Is-bóset y le dijeron: —Aquí tiene Su Majestad la cabeza de Is-bóset, hijo de su enemigo Saúl, que quería matarlo. Dios ya le ha dado a Saúl su merecido, pues todos sus hijos están muertos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

8 Y trajeron la cabeza de Is-boset a David en Hebrón, y dijeron al rey: He aquí la cabeza de Is-boset hijo de Saúl tu enemigo, que procuraba matarte; y Jehová ha vengado hoy a mi señor el rey, de Saúl y de su linaje.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Cuando llegaron a Hebrón le presentaron la cabeza de Is-boset a David y exclamaron: —¡Mire! Aquí está la cabeza de Is-boset, el hijo de su enemigo Saúl, quien intentó matarlo. ¡El Señor le ha dado hoy a mi señor el rey venganza sobre Saúl y toda su familia!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Trajeron a David, en Hebrón, la cabeza de Isbaal y dijeron al rey: 'Esta es la cabeza de Isbaal, el hijo de tu enemigo Saúl que quería quitarte la vida. Hoy Yavé vengó al rey mi señor de Saúl y de su raza'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Y llevaron a David la cabeza de Is-boset, a Hebrón, y dijeron al rey: ¡He aquí la cabeza de Is-boset, hijo de tu enemigo Saúl, que atentaba contra tu vida! ¡YHVH ha dado hoy a mi señor el rey venganza de Saúl y de su simiente!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Presentaron la cabeza de Isbaal a David en Hebrón y dijeron al rey: 'Mira la cabeza de Isbaal, hijo de Saúl, tu enemigo, el que atentaba contra tu vida. Yahveh ha concedido hoy a mi señor el rey vengarse de Saúl y de su descendencia'.

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2 Samuel 4:8
18 Referencias Cruzadas  

»Cuando alguien lo persiga y quiera matarlo, Dios lo cuidará y usted estará seguro. Pero a quienes quieran matarlo, Dios los arrojará lejos, como cuando se arroja una piedra con una honda.


¡Tú me permitiste vengarme de mis enemigos! ¡Tú pusiste a los pueblos bajo mi dominio!


»¡Alégrense ustedes los santos, que viven en el cielo, pues Dios ha destruido a la gran ciudad! ¡Alégrense ustedes los apóstoles, y ustedes los profetas, pues Dios ha castigado a Babilonia por todo el mal que les hizo!»


Decían con fuerte voz: «Dios todopoderoso, tú eres santo y siempre dices la verdad. ¿Cuándo te vengarás de los que nos mataron? ¿Cuándo los castigarás?»


y le dijo: «Regresa ahora mismo a Israel, junto con el niño y la madre, porque ya murieron los que querían matar al niño.»


Todo el día hablaré de tu poder para salvar, pues los que buscaban hacerme daño quedaron avergonzados por completo.


En ese momento llegó el etíope y le dijo al rey: —¡Traigo a Su Majestad buenas noticias! ¡Dios ha castigado a los que se rebelaron contra usted!


El sacerdote Ahimaas le dijo a Joab: —Déjeme ir ahora mismo a ver al rey. Quiero darle la noticia de que Dios lo ha librado de sus enemigos.


4-7 (5-8) Entonces los hombres de David le dijeron: —¿Te acuerdas que Dios te prometió que te vengarías de tu enemigo, y que le harías lo que quisieras? Pues bien, ¡ahora es cuando debes hacerlo! Pero David les respondió: —¡Que Dios me libre de hacerle algo a mi señor el rey! ¡Nunca le haré daño, pues Dios mismo lo eligió como rey! ¡Sobre su cabeza se derramó aceite, como señal de la elección de Dios! Y aunque David les prohibió a sus hombres atacar a Saúl, él mismo se acercó en silencio a donde estaba Saúl, y cortó un pedazo de la orilla de su manto. Sin embargo, más tarde pensó que no debía haberlo hecho. En cuanto Saúl terminó, se levantó y salió de la cueva para seguir su camino.


Una vez David estaba en Hores, en el desierto de Zif, y llegó a saber que Saúl lo andaba buscando para matarlo.


De Naiot, David se fue a donde estaba Jonatán, y le preguntó: —¿De qué maldad se me acusa? ¿En qué le he fallado a tu padre, para que quiera matarme?


Aquellos hombres se regresaron y fueron a decírselo al rey Saúl. Pero él los envió de vuelta y les dijo: «Tráiganme a David, aunque sea en su cama, porque hoy mismo lo voy a matar».


se la arrojó a David con la intención de dejarlo clavado en la pared. Pero David logró quitarse a tiempo dos veces.


Mientras tanto Abner, que era hijo de Ner y había sido jefe del ejército de Saúl, se llevó a Is-bóset al pueblo de Mahanaim. Como Is-bóset era hijo de Saúl, allí lo declaró rey de todo Israel. Así fue como Is-bóset reinó sobre Galaad, Gesuri, Jezreel, Efraín y Benjamín. Is-bóset tenía cuarenta años de edad cuando comenzó a reinar, pero solo reinó dos años. Los únicos que reconocieron a David como rey fueron los de Judá.


Saúl le ordenó a su hijo Jonatán y a sus ayudantes que mataran a David. Pero como Jonatán lo quería mucho,


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