Después Eliseo miró fijamente a Hazael hasta que este se sintió incómodo. El profeta se puso a llorar
Y el varón de Dios le miró fijamente, y estuvo así hasta hacerlo ruborizarse; luego lloró el varón de Dios.
Eliseo se quedó mirando a Hazael tan fijamente que Hazael se sintió incómodo. Entonces el hombre de Dios se puso a llorar.
Entonces el rostro del hombre de Dios se contrajo y su mirada quedó fija, poniéndose después a llorar.
Y lo miró fijamente hasta que se avergonzó. Entonces el varón de Dios rompió a llorar.
El varón de Dios, demudado el rostro, se quedó totalmente paralizado y luego rompió a llorar.