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Números 22:12 - Biblia Torres Amat 1825

12 Dijo Dios entonces a Balaam : No vayas con ellos, ni maldigas a ese pueblo, siendo, como es, bendito por mí.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

12 Entonces dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas al pueblo, porque bendito es.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Pero Dios le dijo a Balaam: —No vayas con ellos ni maldigas a este pueblo, ¡porque es bendito!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Pero Dios dijo a Balaam: 'No irás con ellos ni maldecirás a ese pueblo, porque está bendito.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Entonces ’Elohim dijo a Balaam: No irás con ellos ni maldecirás al pueblo, porque él es bendito.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Pero Dios dijo a Balaán: 'No vayas con ellos ni maldigas a ese pueblo, porque está bendecido'.

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Números 22:12
27 Referencias Cruzadas  

Y yo te haré cabeza de una nación grande, y bendecirte he, y ensalzaré tu nombre, y tú serás bendito o serás una bendición.


Le respondió Azarías, del linaje de Sadoc, primer sacerdote, diciendo: Desde que comenzaron a ofrecerse las primicias en la casa del Señor, hemos comido de ellas hasta saciarnos; pero es muchísimo lo que ha sobrado, porque el Señor ha echado la bendición sobre su pueblo; y esta abundancia que ves es de lo que sobró.


Feliz llamaron al pueblo que goza de estas cosas. Mas yo digo: Feliz aquel pueblo que tiene al Señor por su Dios.


Dichoso aquel que tiene por protector al Dios de Jacob , el que tiene puesta su esperanza en el Señor Dios suyo.


Y será discernido entre los pueblos su linaje y su descendencia en medio de las naciones; cuantos los vieren los conocerán, por ser ellos el linaje bendito del Señor.


Pueblo mío, haz memoria, te pido, del designio que formó contra ti Balac, rey de Moab, y de la respuesta que le dio Balaam , hijo de Beor; y de lo que pasó desde Settim hasta Gálgala, a fin de que conocieses la justicia o fidelidad del Señor.


a decir: Sábete que un pueblo salido de Egipto ha cubierto la superficie de la tierra: ven y maldícelo, por ver si puedo, peleando, ahuyentarlo.


Levantándose, pues, de mañana, dijo a los príncipes sus huéspedes: Volveos a vuestra tierra, porque me ha prohibido el Señor ir con vosotros.


Ven, pues, a maldecir a dicho pueblo porque es más fuerte que yo: por ver si así hallo medio de rechazarlo y arrojarlo de mi país; porque yo sé que será bendito aquel a quien tú bendijeres, y maldito aquel sobre quien descargare tus maldiciones.


No hay en Jacob agüeros, ni hay adivinos en Israel. A su tiempo se dirá a Jacob y a Israel lo que habrá hecho Dios en medio de ellos.


Dijo entonces Balaam a Balac: Aguárdate un poco junto a tu holocausto, mientras yo voy a ver si quizá el Señor viene a mi encuentro, en cuyo caso te diré todo lo que me mandare.


¿Cómo he de maldecir yo a quien Dios no maldijo? ¿Cómo quieres que yo deteste a quien no detesta el Señor?


Se echará a formir como león, y como leona a quien ninguno osará despertar. Quien a ti te bendijere, ¡oh Israel!, también él será bendito; aquel que te maldijere, por maldito será tenido.


Y estando él sentado en su tribunal, le envío a decir su mujer: No te mezcles en las cosas de ese justo, porque son muchas las congojas que hoy he padecido en sueños por su causa.


Pues los dones y vocación de Dios son inmutables.


Bendito el Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos ha colmado en Cristo de toda suerte de bendiciones espirituales del cielo,


El Señor Dios tuyo ha echado su bendición en todo cuanto has puesto tus manos: ha dirigido tu viaje de manera que has andado cuarenta años por este vasto desierto, acompañándote el Señor Dios tuyo, y nada te ha faltado.


Aunque no quiso el Señor Dios tuyo oír a Balaam ; antes porque te amaba convirtió su maldición en bendición tuya.


Bendito serás en todas tus acciones desde el principio hasta el fin.


Bienaventurado eres, ¡oh Israel! ¿Quién hay semejante a ti, ¡oh pueblo afortunado!, que hallas tu salud en el Señor? El es el escudo que te cubre y defiende, y la espada que te llena de gloria. Tus enemigos rehusarán reconocerte; pero tú los sojuzgarás y pondrás el pie sobre su cuello.


Bendito serás entre todos los pueblos: no se verá entre vosotros estéril en ningún sexo, así en los hombres como en los ganados.


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