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Juan 17:3 - Biblia Torres Amat 1825

3 Y la vida eterna consiste en conocerte a ti, único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Y la manera de tener vida eterna es conocerte a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste a la tierra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Y ésta es la vida eterna: conocerte a ti, único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesús, el Cristo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesús el Mesías, a quien enviaste.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Pues ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que enviaste, Jesucristo.

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Juan 17:3
52 Referencias Cruzadas  

Y tú, Salomón , hijo mío, conoce al Dios de tu padre, y sírvele con un corazón perfecto, y de buena voluntad; porque el Señor escudriña todos los corazones, penetra todos los pensamientos del entendimiento. Si lo buscares, lo hallarás; pero si lo abandonares, te desechará para siempre.


Mucho tiempo pasará Israel sin el verdadero Dios, sin sacerdote, sin doctor y sin ley.


Confíen, pues, en ti, ¡oh Dios mío!, los que conocen y adoran tu Nombre; porque jamás has desamparado, Señor, a los que a ti recurren.


Quien me hallare hallará la vida, y alcanzará del Señor la salvación.


Acercaos a mí y escuchad esto. Yo desde el principio jamás he hablado a escondidas; ya tiempo antes que esto sucediese, estaba yo allí, y ahora me ha enviado el Señor, y su espíritu.


Verá el fruto de los afanes de su alma, y quedará saciado. Este mismo Justo, mi siervo, dice el Señor, justificará a muchos con su doctrina o predicación; y cargará sobre sí los pecados de ellos.


A este fin ha reposado sobre mí el espíritu del Señor; porque el Señor me ha ungido, y me ha enviado para hablar a los mansos y humildes, para curar a los de corazón contrito, y predicar la redención a los esclavos, y la libertad a los que están encarcelados;


Mas el Señor es el Dios verdadero; él es el Dios vivo y el rey sempiterno. A su indignación se estremecerá la tierra, y no podrán las naciones soportar su ceño.


El mismo nos volverá a la vida después de dos días; al tercer día nos resucitará, y viviremos en la presencia suya. Conoceremos al Señor y les seguiremos para conocerlo. Preparado está su advenimiento como la aurora; y el Señor vendrá a nosotros, como la lluvia de otoño y de primavera sobre la tierra.


Cualquiera que acogiere a uno de estos niños por amor mío, a mí me acoge; y cualquiera que me acoge, no tanto me acoge a mí, como al que a mí me ha enviado.


y les dijo: Cualquiera que acogiere a este niño por amor mío, a mí me acoge; y cualquiera que me acogiere a mí, acoge al que me ha enviado. Y así, aquel que es el menor entre vosotros, ése es el mayor.


¿cómo de mí, a quien ha santificado el Padre, y ha enviado al mundo, decís vosotros que blasfemo, porque he dicho: Soy Hijo de Dios?


bien es verdad que yo sabía que siempre me oyes; mas lo he dicho por este pueblo que está alrededor de mí, con el fin de que crean que tú eres el que me has enviado.


Mas el Consolador, el Espíritu Santo, que mi Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo, y os recordará cuantas cosas os tengo dichas.


Así como tú me has enviado al mundo, así yo los he enviado también a ellos al mundo.


ruego que todos sean una misma cosa; y que como tú, ¡oh Padre!, estás en mí, y yo en ti, así sean ellos una misma cosa en nosotros, para que crea el mundo que tú me has enviado.


Yo estoy en ellos, y tú estás siempre en mí, a fin de que sean consumados en la unidad, y conozca el mundo que tú me has enviado, y los amas a ellos, como a mí me amaste.


¡Oh Padre justo!, el mundo no te ha conocido; yo sí que te he conocido; y éstos han conocido que tú me enviaste.


Porque yo les di las palabras, que tú me diste; y ellos las han recibido, y han reconocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú eres el que me ha enviado.


Pues no envió Dios su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que por su medio el mundo se salve.


Porque éste a quien Dios ha enviado, habla las mismas palabras que Dios; pues Dios no le ha dado su Espíritu con medida.


Y ¿cómo es posible que me recibáis y creáis vosotros que andáis mendigando alabanzas unos de otros y no procuráis aquella gloria que sólo de Dios procede?


Así como el Padre que me ha enviado vive, y yo vivo por el Padre; así quien me come, también él vivirá por mí.


Yo sí que le conozco, porque de él tengo el ser; y él es el que me ha enviado.


Le decían a esto: ¿En dónde está tu padre? Respondió Jesús : Ni me conocéis a mí, ni a mi Padre: si me conocierais a mí no dejaríais de conocer a mi Padre.


Estad alerta, ¡oh justos!, y guardaos del pecado; porque entre nosotros hay hombres que no conocen a Dios, lo digo para confusión vuestra.


En orden, pues, a los manjares inmolados a los ídolos, sabemos que el ídolo es nada en el mundo, y que no hay más que un solo Dios.


Porque Dios, que dijo que la luz saliese o brillase de en medio de las tinieblas, él mismo ha hecho brillar su claridad en nuestros corazones, a fin de que nosotros podamos iluminar a los demás por medio del conocimiento de la gloria de Dios, según que ella resplandece en Jesucristo.


a fin de conocerle a él, esto es, a Cristo , y la eficacia de su resurrección , y participar de sus penas, asemejándome a su muerte,


Y en verdad, todo lo tengo por pérdida o desventaja, en cotejo del sublime conocimiento de mi Señor Jesucristo, por cuyo amor he abandonado y perdido todas las cosas, y las miro como basura, por ganar a Cristo ,


Porque los mismos fieles publican el suceso que tuvo nuestra entrada entre vosotros, y cómo os convertisteis a Dios abandonando los ídolos por servir al Dios vivo y verdadero,


los cuales sufrirán la pena de una eterna condenación confundidos por la presencia del Señor y por el brillante resplandor de su poder


el cual es fiel al que le ha constituido tal, como lo fue también Moisés con respecto a toda su casa.


Así como todos los dones que nos ha dado su poder divino, correspondientes a la vida y a la piedad cristiana, se nos han comunicado por el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y por su virtud,


también por él mismo nos ha dado Dios las grandes y preciosas gracias que había prometido, para haceros partícipes, por medio de estas mismas gracias, de la naturaleza divina, huyendo la corrupción por la concupiscencia que hay en el mundo.


Mas quien no las tiene, está ciego, y anda con la mano a tientas, olvidando de qué manera fue lavado de sus antiguos delitos.


esto que vimos y oímos, es lo que os anunciamos, para que tengáis también vosotros unión con nosotros, y nuestra común unión sea con el Padre y con su Hijo Jesucristo.


Y os lo escribimos para que os gocéis y vuestro gozo sea cumplido.


Vosotros estad firmes en la doctrina que desde el principio habéis oído. Si os mantenéis en lo que oísteis al principio , también os mantendréis en el Hijo y en el Padre.


Carísimos, amémonos los unos a los otros, porque la caridad procede de Dios. Y todo aquel que así ama, es hijo de Dios, y conoce a Dios.


Hijitos míos, guardaos de los ídolos. Amén.


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