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Éxodo 4:2 - Biblia Torres Amat 1825

2 ¿Qué es eso, le preguntó Dios, que tienes en tu mano? Una vara, respondió él.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Entonces el Señor le preguntó: —¿Qué es lo que tienes en la mano? —Una vara de pastor —contestó Moisés.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Entonces Yavé le dijo: '¿Qué es lo que tienes en la mano?' 'Un bastón', le respondió él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Entonces YHVH le dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Dijo entonces Yahveh: '¿Qué es eso que tienes en la mano?'. Respondió: 'Un cayado'.

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Éxodo 4:2
10 Referencias Cruzadas  

Jacob , pues, cortando varas verdes de álamo, de almendro y de plátano, les quitó parte de la corteza: hecho lo cual, resaltó lo blanco en la parte descortezada; mas donde las varas estaban intactas, quedaron verdes; y de este modo se formó un color vario.


Le dijo Eliseo: ¿Qué quieres que yo haga por ti? Dime: ¿qué tienes en tu casa? Ella respondió: No tiene tu esclava otra cosa en su casa sino un poco de aceite para ungirse.


De Sión hará salir el Señor el cetro de tu poder; domina tú en medio de tus enemigos.


Toma también en tu mano esta vara, con la cual has de hacer prodigios.


Tomó, pues, Moisés a su esposa y a sus hijos, y los hizo montar en un jumento, y se volvió a Egipto, llevando en la mano la vara de Dios.


Ve a encontrarle por la mañana, pues irá al río; y estarás aguardándole en la orilla, teniendo en tu mano la vara que se convirtió en serpiente.


Cuando el faraón os dijere: Hacednos ver por algún milagro que Dios os envía, dirás tú a Aarón: Toma tu vara, y échala delante del faraón, y convertirse ha en culebra.


Y el cíngulo de sus lomos será la justicia; y la fe el cinturón con que se ceñirá su cuerpo.


No se escogerá ni buena ni mala, ni se cambiará con otra; si se cambiare, quedará consagrada al Señor, sin poder redimirse, tanto lo cambiado como lo que se haya dado en cambio.


Apacienta, ¡oh Dios mío!, en medio del Carmelo con tu cayado al pueblo tuyo, la grey de tu heredad, la cual habita sola en el bosque. Algún día se apacentará ella en Basán y en Galaad, como en los tiempos antiguos.


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