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Éxodo 2:3 - Biblia Torres Amat 1825

3 Mas no pudiendo ya encubrirle, tomó una cestilla de juncos y la calafateó con betún y pez, y colocó dentro al infantillo, y le expuso en un carrizal de la orilla del río,

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Cuando ya no pudo ocultarlo más, tomó una canasta de juncos de papiro y la recubrió con brea y resina para hacerla resistente al agua. Después puso al niño en la canasta y la acomodó entre los juncos, a la orilla del río Nilo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Como no podía ocultarlo por más tiempo, tomó un canasto de papiro, lo recubrió con alquitrán y brea, metió en él al niño y lo puso entre los juncos, a la orilla del río Nilo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Pero no pudiendo ocultarlo más tiempo, tomó una cesta° de juncos, la calafateó con asfalto y brea, colocó al niño en ella, y la puso en el juncal, a la orilla del Nilo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 No pudiendo tenerlo escondido por más tiempo, tomó una cesta de papiro, la calafateó con betún y pez, puso en ella al niño y la dejó entre los juncos de la ribera del Nilo.

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Éxodo 2:3
10 Referencias Cruzadas  

Y se dijeron unos a otros: Venid, hagamos ladrillos y cozámoslos al fuego. Y se sirvieron de ladrillos en lugar de piedras, y de mezcla en vez de argamasa;


Es de notar que el valle de las Selvas tenía muchos pozos de mezcla. El resultado fue que el rey de Sodoma y el de Gomorra volvieron las espaldas, y cayeron allí mismo; y los que escaparon huyeron al monte.


Haz para ti un arca de maderas bien acepilladas; en el Arca dispondrás celditas, y las calafatearás con brea por dentro y por fuera.


Por último, el faraón dio a todo su pueblo esta orden: Todo varón que naciere entre los hebreos, echadle al río: toda hembra reservadla.


Habitantes todos del mundo, vosotros los que estáis de asiento en el país, cuando fuere alzado el estandarte sobre los montes, vosotros lo veréis, y oiréis el ronco sonido de la trompeta.


El cauce del río quedará sin aguas desde allá donde tiene su origen, y toda la sementera de regadío se secará, se agostará y perecerá.


Allí habrá una senda y camino real, que se llamará, o será camino santo, no lo pisará hombre inmundo, y éste será para vosotros un camino recto; de tal suerte que aun los más lerdos no se perderán en él.


Después que ellos partieron, un ángel del Señor apareció en sueños a José, diciéndole: Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y estate allí hasta cuando yo te avise; porque Herodes buscará al niño para matarlo.


Entretanto Herodes , viéndose burlado de los magos, se irritó sobremanera, y mandó matar a todos los niños que había en Belén y en toda su comarca, de dos años abajo, conforme al tiempo de la aparición de la estrella, que había averiguado de los magos.


Este príncipe, usando de una artificiosa malicia contra nuestra nación, persiguió a nuestros padres, hasta obligarlos a abandonar sus niños recién nacidos a fin de que no se propagasen.


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