Proverbios 18:4 - La Biblia Textual 3a Edicion

⁴ Las palabras del sabio son aguas profundas, Torrente caudaloso, manantial de sensatez.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

⁴ Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; Y arroyo que rebosa, la fuente de la sabiduría.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁴ Las palabras sabias son como aguas profundas; la sabiduría fluye del sabio como un arroyo burbujeante.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁴ La palabra humana es un agua profunda, un manantial surgente, una fuente de vida.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁴ Agua profunda son las palabras del hombre, arroyo desbordado, fuente de sabiduría.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

⁴ Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; y arroyo que rebosa, la fuente de la sabiduría.

Proverbios 18:4 Referencias Cruzadas

Proverbios 20:5

Agua profunda es el consejo en el corazón del hombre, El hombre entendido logrará sacarlo.

Proverbios 10:11

La boca del justo es manantial de vida, Pero la boca de los impíos oculta violencia.

Colosenses 4:6

Vuestra palabra sea siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.

Juan 4:14

pero el que beba del agua que Yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que Yo le daré se hará en él una fuente de agua que brota para vida eterna.

Proverbios 13:14

La enseñanza del sabio es manantial de vida, Que aparta de los lazos de la Muerte.

Colosenses 3:16

La palabra del Mesías viva en vosotros en abundancia, con toda sabiduría, enseñándoos y amonestándoos los unos a los otros con salmos, e himnos, y cánticos espirituales, cantando con gratitud en vuestros corazones a Dios.°

Mateo 12:34

¡Generación de víboras!° ¿Cómo podéis hablar cosas buenas siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.°

Salmos 78:2

Abriré mi boca en proverbios; Declararé° enigmas° de tiempos antiguos,

Proverbios 16:22

Manantial de vida es la sensatez para el que la posee, Pero la erudición de los necios es necedad.

Proverbios 18:3

A la desgracia sobreviene el desprecio, Y a la deshonra, la afrenta.