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Mateo 9:38 - La Biblia Textual 3a Edicion

38 Rogad pues al Señor de la mies, para que envíe obreros a su mies.°

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

38 Así que oren al Señor que está a cargo de la cosecha; pídanle que envíe más obreros a sus campos».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

38 Rueguen, pues, al dueño de la cosecha que envíe trabajadores a recoger su cosecha.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

38 rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.

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Mateo 9:38
15 Referencias Cruzadas  

y os daré pastores conforme a mi corazón, que os pastoreen con ciencia y entendimiento.


Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como ocurrió° con vosotros;


Estando éstos ministrando al Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado.°


Así que les dijo otra vez: Paz a vosotros: como el Padre me envió, Yo también os envío.°


Pero los que habían sido esparcidos iban° proclamando la palabra.


Adonay da la orden: ¡Las que dan buenas noticias son multitud!


El remanente de Jacob será en medio de muchos pueblos como el rocío de YHVH, Como la lluvia sobre la hierba, que no aguarda a nadie, Ni pone su esperanza en los hijos del hombre.


Y Él mismo dio: unos, apóstoles; otros, profetas; otros, evangelistas; y otros, pastores y maestros;


Y a unos Dios puso en la iglesia, primeramente apóstoles; lo segundo, profetas; lo tercero, maestros;° luego, poderes milagrosos; después, dones° de sanidad,° capacidades para ayudar, capacidades para administrar, géneros de lenguas.


Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, Tomaste dones y los diste a los hombres, incluso a los rebeldes, Para habitar entre ellos, ¡oh YH ’Elohim!


Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, pero los obreros pocos.


¿No decís vosotros: Aún faltan° cuatro meses, y viene la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y contemplad los campos, porque están blancos para la° siega.


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