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Lucas 6:29 - La Biblia Textual 3a Edicion

29 Al que te hiere en la mejilla, preséntale también la otra, y al que te quita el manto, no le impidas tomar° también la túnica.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

29 Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 Si alguien te da una bofetada en una mejilla, ofrécele también la otra mejilla. Si alguien te exige el abrigo, ofrécele también la camisa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 Al que te golpea en una mejilla, preséntale también la otra. Al que te arrebata el manto, entrégale también el vestido.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; y a quien intenta quitarte el manto, no le impidas llevarse también la túnica.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

29 Y al que te hiera en una mejilla, dale también la otra; y al que te quite la capa, no le impidas llevar aun la túnica.

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Lucas 6:29
15 Referencias Cruzadas  

Porque compartisteis los padecimientos de los presos y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros mismos° una mejor y perdurable herencia.°


Porque soportáis si alguno os esclaviza, si alguno os explota, si alguno se aprovecha de vosotros,° si alguno os trata altivamente, si alguno os abofetea.


Ya, por cierto, es un fracaso que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien ser defraudados?


Tan pronto como dijo esto, uno de los alguaciles, que estaba presente, dio una bofetada a Jesús, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote?


Entonces lo escupieron en el rostro y le dieron puñetazos; otros le dieron bofetadas,°


y Que dé la mejilla al que lo hiere y que se harte de afrentas.


Ofrecí mis espaldas a los que me azotaban, Y mis mejillas a los que me arrancaban la barba; No aparté mi rostro de injurias y escupitajos.


Hasta este mismo momento padecemos hambre y tenemos sed, vestimos harapos, y somos golpeados, y deambulamos de sitio en sitio;


y después de vendarlo, le preguntaban, diciendo: Profetiza, ¿quién es el que te golpeó?


Pero el sumo sacerdote Ananías mandó a los que estaban° junto a él que le golpearan la boca.


¡Rodéate ahora de muros hija de guerreros! Nos han sitiado; Con vara herirán en la mejilla al Juez de Israel.


Entonces Sedequías ben Quenaana se acercó y golpeó a Micaías en la mejilla, y dijo: ¿Por qué camino pasó de mí el Espíritu de YHVH para hablarte a ti?


Y Mefi-boset dijo al rey: Que él las tome todas, ya que mi señor el rey ha vuelto en paz a su propia casa.


A todo el que te pide, dale; y al que te quite lo tuyo, no se lo reclames.


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