Éxodo 33:8 - La Biblia Textual 3a Edicion

⁸ Y sucedía que, cuando salía Moisés a la Tienda, todo el pueblo se levantaba, y cada cual estaba en pie a la entrada de su propia tienda, y observaban° a Moisés hasta que él entraba en la Tienda.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

⁸ Y sucedía que cuando salía Moisés al tabernáculo, todo el pueblo se levantaba, y cada cual estaba en pie a la puerta de su tienda, y miraban en pos de Moisés, hasta que él entraba en el tabernáculo.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁸ Cada vez que Moisés se dirigía a la carpa de reunión, toda la gente se levantaba y permanecía de pie a la entrada de su propia carpa. Todos seguían a Moisés con la vista hasta que entraba en la carpa.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁸ Cada vez que Moisés iba a la Tienda de las Citas, todo el pueblo se ponía de pie a la entrada de sus carpas, y los ojos de todos lo seguían, hasta que entraba en ella.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁸ Cuando Moisés se dirigía a ella, todo el pueblo se levantaba y permanecía de pie, cada uno a la entrada de su tienda, siguiendo con la mirada a Moisés hasta que éste entraba en la tienda.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

⁸ Y sucedía que, cuando salía Moisés al tabernáculo, todo el pueblo se levantaba, y estaba cada cual en pie a la puerta de su tienda, y miraban en pos de Moisés, hasta que él entraba en el tabernáculo.

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

⁸ Y cuando Moisés entraba en ella, todos se quedaban de pie junto a su propia tienda de campaña y lo seguían con la mirada hasta verlo entrar en la carpa.

Éxodo 33:8 Referencias Cruzadas

Éxodo 33:7

Y tomaba° Moisés la Tienda y la levantaba lejos, fuera del campamento; y la llamó Tienda de Reunión. Y todo el que buscaba a YHVH, salía a la Tienda de Reunión que estaba fuera del campamento.

Éxodo 33:9

Y ocurría que cuando Moisés entraba en la Tienda, la columna de nube descendía y permanecía en la entrada de la Tienda mientras Él hablaba con Moisés.

Números 16:27

Entonces se apartaron de los alrededores de las tiendas de Coré, de Datán y de Abirán. Pero Datán y Abirán salieron erguidos a la entrada de sus tiendas, con sus mujeres, sus hijos y sus pequeños.