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Cantares 7:9 - La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y el cielo de tu boca como el vino generoso, Que de mi amado fluye suavemente, Y hace mover apaciblemente los labios de los que duermen.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 Y tu paladar como el buen vino, Que se entra a mi amado suavemente, Y hace hablar los labios de los viejos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Que tus besos sean tan apasionantes como el mejor de los vinos... Sí, vino que le desciende suavemente a mi amante, que fluye delicadamente sobre los labios y los dientes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Me dije: subiré a la palmera, míos son esos racimos de dátiles. ¡Sean tus pechos como racimos de uvas y tu aliento como perfume de manzanas!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Yo me dije: 'Subiré a la palmera, cogeré sus racimos'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 y tu paladar como el buen vino, que se entra a mi amado suavemente, y hace hablar los labios de los que duermen.

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Cantares 7:9
18 Referencias Cruzadas  

Su paladar es dulcísimo,° Y todo él, la dulzura misma. ¡Tal es mi amado y tal es mi amigo, Oh hijas de Jerusalem!


Y oí una voz del cielo que decía: Escribe: ¡Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor de aquí en adelante! ¡Así sea! dice el Espíritu. Les será dado descanso de sus fatigas, porque sus obras van° con ellos.


Ofrezcamos siempre, por medio de Él, sacrificio de alabanza a Dios, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.°


Vuestra palabra sea siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.


Ninguna palabra dañina salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación,° que comunique gracia a los oyentes.


Y esto añado:° conociendo el tiempo, que es ya hora de que seáis levantados del sueño, porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando creímos.


Ella Yo dormía, pero mi corazón velaba: ¡Una voz! ¡Mi amado está llamando! Él ¡Ábreme, hermana mía, amada mía, Paloma mía, perfecta mía! Porque mi cabeza está empapada de rocío, Y mis cabellos del relente de la noche.


¡Oh paloma mía! Tú, que anidas° en las hendiduras de la peña, En las grietas de la escarpa: ¡Muéstrate! ¡Hazme oír tu voz! Porque dulce es tu voz, Y agraciado tu rostro.


Panal de miel son los dichos agradables. Dulces para el alma y saludables para los huesos.


No mires al vino cuando rojea, Y lanza destellos en la copa, Porque fluye suavemente,


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