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1 Juan 2:5 - La Biblia Textual 3a Edicion

5 pero el que obedece su palabra, en éste verdaderamente se ha perfeccionado el amor de Dios; por esto pues sabemos que estamos en Él.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

5 pero el que guarda su palabra, en este verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 pero los que obedecen la palabra de Dios demuestran verdaderamente cuánto lo aman. Así es como sabemos que vivimos en él.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 En cambio, si uno guarda su palabra, el auténtico amor de Dios está en él. Y vean cómo conoceremos que estamos en él:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 En el que guarda su palabra, en éste verdaderamente ha llegado a su plenitud el amor de Dios. En esto conocemos que estamos en él.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 pero el que guarda su palabra, verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado en él; por esto sabemos que estamos en Él.

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1 Juan 2:5
32 Referencias Cruzadas  

Respondió Jesús, y le dijo: Si alguno me ama, mi palabra guardará; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.


El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y Yo lo amaré, y me manifestaré a él.


Pero Él respondió: Antes bien, bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la obedecen.°


Y aquél que guarda sus mandamientos, permanece en Él, y Él en aquél; y en esto sabemos que Él permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.


¡Cuán bienaventurados son los que guardan sus testimonios,° Y con todo el corazón lo buscan!


Aquí está la perseverancia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.


En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: cuando amemos a Dios y practiquemos° sus mandamientos,


Yo soy la vid, vosotros los pámpanos. El que permanece en mí, y Yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.


Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.


En el amor no hay temor, antes bien, el perfecto amor echa afuera el temor, pues el temor lleva en sí mismo castigo,° de donde el que teme no ha sido perfeccionado en el amor.


A ti he clamado, ¡sálvame! Y observaré tus testimonios.


De modo que si alguno es nueva criatura en el Mesías, las cosas viejas pasaron; he aquí,° son hechas nuevas.


Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, y se fue a hacer guerra contra los restantes de su descendencia: los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús,


pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Verdadero,° y estamos en el Verdadero: en su Hijo Jesús el Mesías. Éste es el verdadero Dios, y la vida eterna.


Pero de Él proviene° lo que sois en Jesús el Mesías, el cual por parte de Dios nos ha sido hecho sabiduría, y justicia, y santificación, y redención;


Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Jesús el Mesías,°


Ya ves que la fe actuaba juntamente con sus obras, y la fe fue perfeccionada por las obras.°


Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en Él.


El que mastica mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y Yo en él.


El que observa el mandamiento no experimentará cosa mala, Y el corazón del sabio discierne el tiempo y el juicio,°


¡Cuán bienaventurados son los que guardan el derecho, Los que practican la justicia en todo tiempo!


Ahora pues, hijos, oídme, Porque los que guardan mis caminos son bienaventurados.


Tú nos has encomendado° tus preceptos° Para que sean muy guardados.


El que observa la Ley es prudente, El que se junta con disolutos, avergüenza a su padre.


Para que guardaran sus estatutos, Y observaran sus leyes. ¡Aleluya!


En esto ha llegado a la perfección el amor entre nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio: que como Él° es, así somos nosotros en el mundo.


Y éste es el amor: que sigamos caminando según sus mandamientos; y éste es el mandamiento: que caminéis en él,° como oísteis desde un principio.


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