Porque tus saetas cayeron sobre mí, Y sobre mí ha descendido tu mano.
Tus flechas me han herido muy adentro y tus golpes me aplastan.
Pues tus flechas en mí se han clavado, y tu mano se ha cargado sobre mí.
Porque tus saetas se han clavado en mí, Y tu mano ha descendido sobre mí.
Ah Señor, no me acuses en tu ira y en tu furor no me reprendas.
2 (3) Me has herido con tu enojo, has descargado tu mano sobre mí.