No venga pie de soberbia contra mí, Y mano de impíos no me mueva.
No permitas que los orgullosos me pisoteen ni que los malvados me intimiden.
Que no me aplaste el pie del orgulloso, ni me atrape la mano del impío.
No me alcance el pie de la soberbia, Ni me mueva la mano del malvado.
Alarga tu favor a los que te conocen, a los de recto corazón, tu providencia.
11 (12) ¡No dejes que los orgullosos me pongan el pie encima! ¡No permitas que los malvados hagan conmigo lo que quieran!