Pero en ti hay perdón, Para que seas reverenciado.
Pero tú ofreces perdón, para que aprendamos a temerte.
Pero de ti procede el perdón, y así se te venera.
Pero en ti hay perdón, para que seas temido.
Pero contigo está el perdón y así te haces temer.
Pero tú nos perdonas. ¡Por eso mereces nuestra adoración!