Tus estatutos guardaré; No me dejes enteramente.
Obedeceré tus decretos; ¡por favor, no te des por vencido conmigo!
Tus preceptos, yo los quiero guardar, no me abandones, pues, completamente.
Guardaré tus estatutos, ¡No me abandones del todo!
Tus mandatos yo, cierto, he de cumplirlos: no me dejes por nada en abandono.
y seré obediente a tus mandatos. ¡No me abandones!