El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; No hay Dios en ninguno de sus pensamientos.
Los malvados son demasiado orgullosos para buscar a Dios; parece que piensan que Dios está muerto.
Enrisca la nariz y no se preocupa: '¡No hay Dios', dice; eso es todo lo que piensa.
Por la altivez de su rostro el malvado no inquiere, ’Elohim no está en sus pensamientos.
Nun. Con el rostro altanero, no le busca; 'Dios no existe', es cuanto se le antoja.