Y el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia, y clamando a gran voz, salió de él.
En ese mismo momento, el espíritu maligno soltó un alarido, le causó convulsiones al hombre y luego salió de él.
¡Cállate y sal de ese hombre! El espíritu malo revolcó al hombre en el suelo y lanzó un grito tremendo, pero luego salió de él.
Y el espíritu inmundo, convulsionándolo y gritando a gran voz, salió de él.
Entonces el espíritu impuro, agitándolo con violentas convulsiones y dando un gran alarido, salió de él.
El espíritu malo salió gritando y haciendo que el hombre se pusiera a temblar muy fuerte.