¿Contendería conmigo con grandeza de fuerza? No; antes él me atendería.
¿Usaría su inmenso poder para discutir conmigo? No, él me daría un juicio imparcial.
¿Acaso necesitaría gran fuerza para disputar conmigo? No, no tendría más que escucharme.
¿Contendería conmigo haciendo gala de su fuerza? No, sino que me prestaría atención.
¿Necesitaría gran fuerza para discutir conmigo? No; le bastaría escucharme.
Trataría de entenderme, y sin violencia me respondería.