Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago.
Más bien, soy un pecador si vuelvo a construir el viejo sistema de la ley que ya eché abajo.
Pero miren: si echamos abajo algo y luego lo restablecemos, reconocemos que hemos actuado mal.
Porque si edifico otra vez las mismas cosas que destruí, yo mismo me demuestro transgresor.
Porque, si lo que antes derribé lo edifico de nuevo, yo mismo me declaro transgresor.
Si yo digo que la ley no sirve, pero luego vuelvo a obedecerla, demuestro que estoy totalmente equivocado.