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Lucas 8:35 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

35 La gente fue allá a ver lo sucedido, y cuando llegaron a donde se encontraba Jesús, hallaron sentado a sus pies al hombre del que había expulsado los demonios, que ahora estaba vestido y en su cabal juicio. Y todos se llenaron de miedo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

35 Y salieron a ver lo que había sucedido; y vinieron a Jesús, y hallaron al hombre de quien habían salido los demonios, sentado a los pies de Jesús, vestido, y en su cabal juicio; y tuvieron miedo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

35 La gente salió corriendo para ver lo que había pasado. Pronto una multitud se juntó alrededor de Jesús, y todos vieron al hombre liberado de los demonios. Estaba sentado a los pies de Jesús, completamente vestido y en su sano juicio, y todos tuvieron miedo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

35 La gente salió a ver qué había pasado y llegaron a donde estaba Jesús. Encontraron junto a él al hombre del que habían salido los demonios, sentado a sus pies, vestido y en su sano juicio. Todos se asustaron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 Salieron entonces a ver lo sucedido, y fueron adonde Jesús, y hallaron al hombre de quien habían salido° los demonios, sentado a los pies de Jesús, vestido y en sus cabales. Y tuvieron temor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 La gente acudía a ver lo que había sucedido. Llegáronse a Jesús, y encontraron al hombre del que habían salido los demonios, sentado ya, vestido y en su sano juicio, a los pies de Jesús. Y quedaron llenos de espanto.

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Lucas 8:35
13 Referencias Cruzadas  

Su fama se extendió así por toda Siria, y le traían a todos los que padecían algún mal: a los que sufrían diferentes enfermedades y dolores, y a endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y Jesús los curaba.


Y, cuando llegaron a donde se encontraba Jesús, vieron al hombre que había estado poseído por la legión de demonios, y que ahora estaba sentado, vestido y en su cabal juicio. Y todos se llenaron de miedo.


Marta tenía una hermana, llamada María, la cual, sentada a los pies del Señor, escuchaba sus palabras.


Entonces recapacitó y se dijo: '¡Cuántos jornaleros en la casa de mi padre tienen comida de sobra, mientras yo estoy aquí muriéndome de hambre!


Por fin, al cabo de tres días, le encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas.


En cuanto Jesús saltó a tierra, salió a su encuentro un hombre procedente de la ciudad. Estaba poseído por demonios, y desde hacía tiempo andaba desnudo y no vivía en casa alguna, sino en el cementerio.


Cuando los porquerizos vieron lo sucedido, salieron huyendo y contaron en el pueblo y por sus alrededores todo lo que había pasado.


- Soy judío - afirmó Pedro -; nací en Tarso de Cilicia, pero me he educado en esta ciudad. Mi maestro fue Gamaliel, quien me instruyó con esmero en la ley de nuestros antepasados. Siempre he mostrado un celo ardiente por Dios, igual que vosotros hoy.


Pero el que sigue pecando pertenece al diablo, porque el diablo es pecador desde el principio del mundo. El Hijo de Dios vino para aniquilar la obra del diablo,


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