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Lucas 6:8 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

8 Jesús, que sabía lo que estaban pensando, dijo al hombre de la mono atrofiada: - Levántate y quédate de pie ahí en medio. El se levantó y se puso allí.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

8 Mas él conocía los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y él, levantándose, se puso en pie.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Pero Jesús sabía lo que pensaban y le dijo al hombre con la mano deforme: «Ven y ponte de pie frente a todos». Así que el hombre pasó adelante.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Pero Jesús, que conocía sus pensamientos, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: 'Levántate y ponte ahí en medio. El se levantó y permaneció de pie.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Pero Él, conociendo los pensamientos de ellos, dijo al hombre que tenía contraída la mano: Levántate, y ponte en medio. Y levantándose, se puso en pie.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Pero él, que conocía sus pensamientos, dijo al hombre que tenía la mano seca: 'Levántate y ponte aquí delante'. Él se levantó y se puso allí.

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Lucas 6:8
19 Referencias Cruzadas  

Pero Jesús, que comprendió lo que pensaba, les dijo: - ¿Porqué tenéis tan malos pensamientos?


Jesús dijo al hombre de la mano atrofiada: - Ponte aquí en medio.


Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: - Mujer, quedas libre de tu enfermedad.


Jesús se dio cuenta de lo que estaban pensando, y les preguntó:


Entonces Jesús dijo a aquellos otros: - Voy a haceros una pregunta: ¿Está permitido en día festivo hacer el bien o hacer el mal? ¿Salvar una vida o destruirla?


Como tampoco necesitaba que nadie le informara sobre nadie, conociendo como conocía la intimidad de cada hombre.


Por tercera vez le preguntó Jesús: - Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro se entristeció al oír que le preguntaba por tercera vez si le amaba, y contestó: - Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo. Entonces Jesús le dijo: - Apacienta mis ovejas.


Mientras es de día debemos realizar lo que nos ha encomendado el que me envió; cuando llega la noche, nadie puede trabajar.


Por lo que a mi vida respecta, en nada la aprecio. Sólo aspiro a terminar mi carrera y a culminar la tarea que me encomendó Jesús, el Señor: proclamar la buena nueva de que Dios nos ha dispensado su favor.


El rey está versado en estos temas, y a él puedo hablarle con absoluta certeza de ser comprendido. Tengo la convicción de que no desconoce ningún detalle de lo que ha acontecido a la vista de todos.


No os dejéis intimidar por los enemigos; Dios ha dispuesto que vuestra fortaleza sea para ellos señal de perdición, y, en cambio, para vosotros, señal de salvación.


Ninguna criatura se le oculta a Dios; todo se presenta desnudo y patente a los ojos de aquel ante quien tenemos que rendir cuentas.


Si Cristo padeció en su cuerpo, haceos a la idea de que también vosotros tenéis que padecer. De hecho, el que está dispuesto a sufrir corporalmente, se supone que ha roto con el pecado


Pues bien, voy a encadenarla a un lecho de profunda angustia, junto con sus cómplices de adulterio, a menos que se aparten de su perverso proceder.


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