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Lucas 5:30 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

30 Los fariseos y sus maestros de la Ley se pusieron a murmurar, y preguntaron a los discípulos de Jesús: - ¿Cómo es que vosotros os juntáis a comer y beber con publicanos y gente de mala reputación?

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

30 Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

30 Así que los fariseos y los maestros de la ley religiosa les reclamaron severamente a los discípulos de Jesús diciéndoles: «¿Por qué comen y beben con semejante escoria?».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

30 Al ver esto, los fariseos y los maestros de la Ley que eran amigos suyos expresaban su descontento en medio de los discípulos de Jesús: '¿Cómo es que ustedes comen y beben con los cobradores de impuestos y con personas malas?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 Y los fariseos y sus escribas murmuraban contra sus discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores?°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 Los fariseos y sus escribas murmuraban y decían a los discípulos: '¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores?'.

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Lucas 5:30
16 Referencias Cruzadas  

Porque si solamente amáis a los que os aman, ¿qué recompensa podéis esperar? ¡Eso lo hacen también los publicanos!


Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: - ¿Cómo es que vuestro Maestro se sienta a comer con publicanos y gente de mala reputación ?


Pero ciertos maestros de la Ley pertenecientes al partido de los fariseos, al verle comer con publicanos y gente de mala reputación, preguntaron a los discípulos: - ¿Por qué se sienta a comer con esa clase de gente?


(Porque los fariseos y demás judíos, siguiendo la tradición de sus antepasados, no comen sin antes haberse lavado las manos cuidadosamente.


Jesús preguntó a sus discípulos: - ¿De qué estáis discutiendo con ellos?


El fariseo, de pie, muy plantado, oraba de esta manera: 'Dios, te doy gracias porque yo no soy como los demás: ladrones, malvados y adúlteros. Tampoco soy como ese publicano que está ahí.


Al ver esto, todos se pusieron a murmurar: 'Este se aloja en casa de un hombre de mala reputación.'


Un día estaba Jesús enseñando. Cerca de él se habían sentado algunos fariseos y doctores de la Ley llegados de todas las aldeas de Galilea y de Judea, y también de Jerusalén. El poder de Dios se manifestaba en las curaciones de enfermos hechas por Jesús.


Los maestros de la Ley y los fariseos se pusieron a pensar: '¿Quién es éste, que blasfema de tal manera? ¡Solamente Dios puede perdonar pecados!'


Pero después ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: 'Ese es un glotón y un borracho, amigo de andar con publicanos y gente de mala reputación.'


Al verlo, el fariseo que había invitado a Jesús se dijo para sí mismo: 'Si éste fuera un profeta, sabría quién es y qué reputación tan mala tiene la mujer que está tocándole.'


La controversia tomó grandes proporciones, hasta que algunos maestros de la Ley, miembros del partido fariseo, afirmaron rotundamente: - No hallamos culpa en este hombre. Puede que un espíritu o un ángel le haya hablado.


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