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Lucas 20:10 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

10 En el tiempo oportuno envió un criado a los labradores para que le entregaran la parte correspondiente del fruto de la viña. Pero los labradores le golpearon y le mandaron de vuelta con las manos vacías.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

10 Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que le diesen del fruto de la viña; pero los labradores le golpearon, y le enviaron con las manos vacías.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Llegado el tiempo de la cosecha de la uva, envió a uno de sus siervos para recoger su parte de la cosecha; pero los agricultores atacaron al siervo, le dieron una paliza y lo mandaron de regreso con las manos vacías.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 En el momento oportuno envió a un servidor a los inquilinos para que le entregaran su parte del fruto de la viña. Pero los inquilinos lo golpearon y lo hicieron volver con las manos vacías.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 A su debido tiempo° envió un siervo a los labradores, para que le dieran° del fruto de la viña, pero los labradores, después de golpearlo, lo enviaron manivacío.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 A su tiempo envió un criado a los viñadores, para que le dieran el fruto de la viña que le correspondía; pero los viñadores lo apalearon y lo despidieron con las manos vacías.

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Lucas 20:10
32 Referencias Cruzadas  

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que Dios te envía! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, y tú no has querido!


Volvió a enviarles otro criado, y ellos, después de golpearle y llenarle de injurias, le despidieron también de vacío.


Jesús se dirigió luego a todos los que estaban allí y les contó esta parábola: - Una vez, un hombre plantó una viña, la arrendó a unos labradores y emprendió un largo viaje.


En adelante, ya no os llamaré siervos, porque el siervo no está al tanto de los secretos de su amo. A vosotros os llamo desde ahora amigos, porque os he dado a conocer todo lo que oí a mi Padre.


De modo semejante, vosotros también, hermanos míos, al estar injertados en Cristo, es como si estuvieseis muertos para la Ley. Sois, pues, libres de entregaros a otro, al resucitado, con el fin de que produzcamos fruto para Dios.


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