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Lucas 18:23 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

23 Cuando el hombre oyó esto, se entristeció mucho, porque era muy rico.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

23 Entonces él, oyendo esto, se puso muy triste, porque era muy rico.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Cuando el hombre oyó esto, se puso triste porque era muy rico.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Ante tal respuesta, el hombre se puso triste, pues era muy rico.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Cuando él oyó estas cosas, se puso muy triste, porque era rico en gran manera.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Pero cuando oyó esto se puso muy triste, pues era extremadamente rico.

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Lucas 18:23
15 Referencias Cruzadas  

Cuando el joven oyó esto, se marchó entristecido, porque era muy rico.


El joven se sintió contrariado al oír esto, y se marchó entristecido, porque era muy rico.


Y, dirigiéndose a todos, añadió: - Mirad de no caer en la avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de sus riquezas.


Jesús, al oírle, dijo: - Aún te falto algo: vende todo lo que posees y reparte el producto entre los pobres. Así te harás un tesoro en el cielo. Luego vuelve acá y sígueme.


Jesús, viéndole tan triste, dijo: - ¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!


Zaqueo, por su parte, se puso en pie y, dirigiéndose al Señor, dijo: - Señor, estoy decidido a dar a los pobres la mitad de mis bienes y a devolver cuatro veces más a los que haya defraudado en algo.


Estad atentos y no dejéis que os esclavicen el vicio, las borracheras o las preocupaciones de esta vida, con lo que el día aquel caería por sorpresa sobre vosotros.


La semilla que cayó entre los cardos representa a los que escuchan el mensaje, pero siguen su propio camino, preocupados sólo por los problemas, los negocios y los placeres de esta vida, de manera que no llegan a madurar y dar fruto.


Tened bien entendido que ningún lujurioso, ningún indecente, ningún avaro - la avaricia es una especie de idolatría -, tendrá parte en la herencia del reino de Cristo y de Dios.


Más aún, sigo pensando que nada vale la pena en comparación con ese bien supremo que consiste en conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él renuncié a todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo.


Destruid lo mucho de mundano que hay en vosotros: la lujuria, la impureza , las pasiones desenfrenadas, los malos deseos y la avaricia, que es una especie de idolatría.


No os encariñéis con este mundo ni con lo que hay en él, porque no son compatibles el amor al Padre y el amor al mundo.


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