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Lucas 16:26 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

26 Además, entre nosotros y vosotros se abre una sima infranqueable, de modo que nadie puede ir a vosotros desde aquí, ni desde ahí puede venir nadie hasta nosotros.'

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

26 Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 Además, hay un gran abismo que nos separa. Ninguno de nosotros puede cruzar hasta allí, y ninguno de ustedes puede cruzar hasta aquí”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 Además, entre ustedes y nosotros hay un abismo tremendo, de tal manera que los que quieran cruzar desde aquí hasta ustedes no puedan hacerlo, y tampoco lo puedan hacer del lado de ustedes al nuestro.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 Además de todo eso,° entre nosotros y vosotros ha sido puesta una gran sima, de tal modo que los que quieran cruzar de aquí a vosotros, no puedan, ni de allá pasar° a nosotros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 Y además de todo eso, entre nosotros y vosotros ha quedado establecida una inmensa sima, de suerte que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni tampoco atravesar de ahí a nosotros'.

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Lucas 16:26
15 Referencias Cruzadas  

De manera que éstos irán al castigo eterno; en cambio, los justos irán a la vida eterna.


Te digo que no saldrás de allí hasta que pagues tu último céntimo de tu deuda.


Abraham le contestó: 'Amigo, recuerda que durante tu vida terrena recibiste muchos bienes, y que Lázaro, en cambio, solamente recibió males. Pues ahora él goza aquí de consuelo y a ti te toca sufrir.


El rico dijo: 'Entonces, padre, te suplico que envíes a Lázaro a casa de mi padre,


El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; pero quien no le acepta, no tendrá esa vida; está bajo el peso de la ira de Dios.


Y el diablo, el seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre. Allí, en compañía de la bestia y el falso profeta, sufrirá tormento por siempre, día y noche sin cesar.


Ya casi igual da que el pecador siga pecando, que el manchado se manche aún más, que el bueno se haga mejor y que el consagrado a Dios se entregue aún más a él.


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