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Lucas 16:23 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

23 Y sucedió que, estando el rico atormentado en el abismo, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro con él.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 y fue al lugar de los muertos. Allí, en medio del tormento, vio a Abraham a lo lejos con Lázaro junto a él.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Estando en el infierno, en medio de los tormentos, el rico levantó los ojos y vio a lo lejos a Abrahán y a Lázaro con él en su regazo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Y alzando sus ojos en el Hades, estando° en tormentos, ve a Abraham desde lejos y a Lázaro en su regazo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Y en el abismo, estando en medio de tormentos, levantó los ojos y vio desde lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno.

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Lucas 16:23
26 Referencias Cruzadas  

Y tú, Cafarnaún ¿crees que vas a ser encumbrada hasta el cielo? ¡Hasta el abismo serás precipitada! Porque Sodoma no habría sido destruida si en ella se hubieran realizado los milagros que se han realizado en ti.


Y si tu ojo va a ser causa de que caigas en pecado, sácateloy arrójalo lejos de ti, porque es mejor que entres tuerto en la vida eterna que con tus dos ojos seas arrojado al fuego de la gehena.


¡Serpientes! ¡Hijos de víbora! ¿Cómo podréis escapar al castigo de la gehena!


Pero yo os digo: El que se enemiste con su hermano, será llevado a juicio; el que insulte a su hermano, será llevado ante el Consejo Supremo, y el que le injurie gravemente, se hará merecedor del fuego de la gehena.


Así que, si tu ojo derecho va a ser causa de que caigas en pecado, * sácatelo y arrójalo lejos de ti. Más te vale perder una parte del cuerpo que ser arrojado entero a la gehena.


Se pusieron a gritar: - ¡Déjanos tranquilos, Hijos de Dios!¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?


Entonces exclamó: '¡Padre Abraham, ten compasión de mí! ¡Envíame a Lázaro, que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, pues estoy abrasándome entre estas llamas!'


para que hable a mis cinco hermanos, a fin de que no vengan también ellos a este lugar de tormento.'


Al ver a Jesús, se puso de rodillas delante de él dando alaridos. Gritaba con todas sus fuerzas: - ¡Déjame en paz, Jesús, Hijo del Dios altísimo! ¡Te suplico que no me atormentes!


¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿dónde tu venenoso aguijón?


Pues sabido es que Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los arrojó a las cavernas tenebrosas del abismo, donde los mantiene encarcelados para el juicio.


Y el diablo, el seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre. Allí, en compañía de la bestia y el falso profeta, sufrirá tormento por siempre, día y noche sin cesar.


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