Juan 8:18 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

¹⁸ Pues bien, el testimonio que doy yo de mí mismo se añade el que da por mí el Padre que me envió.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¹⁸ Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁸ Yo soy uno de los testigos, y mi Padre, quien me envió, es el otro.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁸ Yo doy testimonio de mí mismo, y también el Padre que me ha enviado da testimonio de mí.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁸ Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁸ Yo doy testimonio de mí mismo, pero también da testimonio de mí el Padre que me ha enviado'.

Juan 8:18 Referencias Cruzadas

Juan 10:11

Yo soy el buen pastor. El buen pastor se desvive por las ovejas;

Juan 10:14

Yo soy el buen pastor. Como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre, así conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Y doy mi vida por mis ovejas.

Juan 10:30

El Padre y yo somos uno.

Juan 10:9

Yo soy la puerta verdadera. Todo el que entre en el aprisco por esta puerta, estará a salvo; entrará y saldrá libremente y siempre encontrará su sustento.

Juan 11:25

Jesús afirmó: - Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá;

Juan 14:6

Tomás replicó: - Pero, Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo vamos a saber el camino?

Juan 8:12

Jesús de nuevo les dijo: - Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

Juan 8:25

Los judíos le preguntaron entonces: - Pero ¿quién eres tú? Jesús les respondió: - Precisamente es lo que vengo diciéndoos desde el principio.

Juan 8:38

Mis palabras manifiestan lo que he contemplado estando con el Padre; vuestras acciones, en cambio, manifiestan lo que habéis aprendido de vuestro padre.

Juan 8:51

Os aseguro que el que acepta mi mensaje, jamás morirá.

Juan 8:58

Jesús les respondió: - Os aseguro que antes que Abraham naciera, existo yo.

Hebreos 2:4

y de la que Dios mismo ha dado testimonio valiéndose de milagros, prodigios y toda suerte de maravillas, además de los dones del Espíritu Santo, que ha repartido según su voluntad.