Biblia Todo Logo
La Biblia Online

- Anuncios -





Juan 7:30 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

30 Intentaron entonces detenerle, pero nadie se atrevió a ponerle la mano encima, porque todavía no había llegado su hora.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

30 Entonces procuraban prenderle; pero ninguno le echó mano, porque aún no había llegado su hora.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

30 Entonces los líderes trataron de arrestarlo, pero nadie le puso las manos encima, porque aún no había llegado su momento.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

30 Los judíos hubieran querido llevarlo preso, pero nadie le puso las manos encima porque todavía no había llegado su hora.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

30 Entonces procuraban prenderlo, pero nadie pudo echarle mano, porque aún no había llegado su hora.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 Querían, pues, prenderlo; pero nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora.

Ver Capítulo Copiar




Juan 7:30
22 Referencias Cruzadas  

Sin embargo, los fariseos, al salir, se reunieron para estudiar el modo de matar a Jesús.


Por eso buscaban la manera de apresarle; pero temían a la gente, porque muchos le tenía por profeta.


Oyeron estas palabras los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley, y comenzaron a buscar la manera de matar a Jesús. Aunque le tenían miedo, porque toda la gente estaba pendiente de su enseñanza.


Los maestros de la Ley y los jefes de los sacerdotes comprendieron que Jesús se había referido a ellos con esta parábola. Por eso trataron de echarle mano en aquel mismo momento; y si no lo hicieron fue porque temían al pueblo.


Todos los días he estado entre vosotros en el templo, y no me pusisteis las manos encima. Pero ésta es vuestra hora. Esta es la hora del poder de las tinieblas!


Intentaron otra vez los judíos apedrear a Jesús.


A la vista de estos discursos, los judíos intentaron, una vez más, apresar a Jesús; pero él se les escapó de las manos.


Los jefes de los sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes terminantes de que, si alguien sabía donde se encontraba Jesús, les informara para detenerle.


¿No fue Moisés quien os dio la Ley? Sin embargo, ninguno de vosotros la cumple. ¿Por qué queréis matarme?


Llegó a oídos de los fariseos lo que la gente comentaba sobre Jesús, y, puestos de acuerdo con los jefes de los sacerdotes, enviaron a los guardias del templo con orden de apresarle.


Jesús les dijo: - Todavía no ha llegado mi hora; para vosotros, en cambio , cualquier hora es buena.


Id vosotros a la fiesta. Yo no voy, pues aún no ha llegado mi hora.


Jesús hizo estas manifestaciones cuando estaba enseñando en el templo, en el lugar donde se encuentran los cofres destinados a recoger ofrendas. Pero nadie se atrevió a prenderle, porque todavía no había llegado su hora.


Ya sé que sois descendientes de Abraham. Sin embargo, queréis matarme porque mi mensaje no os entra en la cabeza.


Ante tal afirmación, los judíos intentaron apedrearle; pero Jesús se escondió y salió del templo.


Mientras es de día debemos realizar lo que nos ha encomendado el que me envió; cuando llega la noche, nadie puede trabajar.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios