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Juan 5:39 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

39 Estudiáis apasionadamente las Escrituras, pensando encontrar en ellas vida eterna; pues bien, precisamente las Escrituras dan testimonio de mí.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

39 »Ustedes estudian las Escrituras a fondo porque piensan que ellas les dan vida eterna. ¡Pero las Escrituras me señalan a mí!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

39 Ustedes escudriñan las Escrituras pensando que encontrarán en ellas la vida eterna, y justamente ellas dan testimonio de mí.

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La Biblia Textual 3a Edicion

39 Escudriñáis° las Escrituras, porque os parece que en ellas tenéis vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

39 Vosotros investigáis las Escrituras, porque en ellas pensáis tener vida eterna. Pues son ellas, precisamente, las que dan testimonio de mí.

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Juan 5:39
51 Referencias Cruzadas  

Jesús les contestó: - Estáis muy equivocados, porque ni conocéis las Escrituras ni tenéis idea del poder de Dios.


Jesús les contestó: - ¿Qué os mandó Moisés?


¿No habéis leído lo que dicen las Escrituras: La piedra que desecharon los constructores, se ha convertido en la piedra principal.


Pero Abraham le respondió: 'Ellos ya tienen lo que han escrito Moisés y los profetas. Que los escuchen.'


Abraham le contestó: 'Si no quieren escuchar a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán aunque resucite uno de los que han muerto.'


Jesús les dijo: - Qué lentos sois para comprender y cuánto os cuesta creer lo dicho por los profetas!


Y, empezando por Moisés y siguiendo por todos los profetas,les explicó a cada uno de los pasajes de las Escrituras que se referían a él mismo.


Luego les dijo: - Cuando aún estaba con vosotros, ya os advertí que tenía que cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los libros de los profetas y en los Salmos.


Felipe se encontró con Natanael y le dijo: - Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en el libro de la Ley y del que hablaron también los profetas; es Jesús, hijo de José y natural de Nazaret.


Es otro el que testifica a mi favor, y yo sé que su testimonio es prueba válida.


Pero yo tengo a mi favor un testimonio de mayor valor que el de Juan. Una prueba evidente de que el Padre me ha enviado es que hago lo que el Padre me encargó hasta llevarlo a feliz término.


A pesar de ello, vosotros no queréis aceptarme para obtener esa vida.


El escribió acerca de mí; por eso, si creyerais a Moisés, también me creeríais a mí.


Los otros le replicaron: - ¿También tú eres de Galilea? Examina las Escrituras, y llegarás a la conclusión de que de Galilea no ha salido jamás ningún profeta.


Los ciudadanos de Jerusalén y sus gobernantes no reconocieron a Jesús y le condenaron, cumpliendo así, bien que sin comprenderlos, los anuncios de los profetas, que todos los días festivos se leen en la sinagoga.


En Berea, los judíos eran más abiertos que los de Tesalónica, y recibieron el mensaje con gran interés, estudiando asiduamente las Escrituras para verificar su exactitud.


¿Acaso, rey Agripa, no crees en lo que dijeron los profetas? Estoy seguro de que sí que crees.


la buena noticia que Dios mismo había ya prometido en las Escrituras santas por medio de los profetas.


La ventaja es grande en todos sentidos. En primer lugar, Dios confió sus promesas a los judíos.


El mensaje de Cristo llene con toda su riqueza vuestros corazones, y sed de veras maestros y consejeros los unos de los otros. Con un corazón profundamente agradecido, cantad a Dios salmos, himnos y canciones inspiradas.


Pero no, es claro que ellos suspiraban por una patria mejor, la patria celestial. Y como Dios les tenía preparada una ciudad, se honraba con que le llamasen 'su Dios' .


Mujeres hubo que recobraron resucitados a sus muertos. Mencionaré también a los que se dejaron torturar hasta morir, renunciando a la liberación ante la esperanza de alcanzar una resurrección más valiosa.


Me postré a sus pies, dispuesto adorarle; pero él me dijo: - ¿Qué haces? Yo soy un simple servidor como tú y tus hermanos, los que dan testimonio de Jesús. A Dios debes adorar. (Y es que tener espíritu profético y dar testimonio de Jesús es una misma cosa.)


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