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Juan 12:36 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

36 Mientras tenéis la luz, creed en ella; solamente así la luz orientará vuestra vida. Después de decir esto, Jesús se retiró, escondiéndose de ellos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

36 Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz. Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

36 Pongan su confianza en la luz mientras aún haya tiempo; entonces se convertirán en hijos de la luz. Después de decir esas cosas, Jesús salió y desapareció de la vista de ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

36 Mientras tengan la luz, crean en la luz y serán hijos de la luz. Así habló Jesús; después se fue y ya no se dejó ver más.

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La Biblia Textual 3a Edicion

36 Mientras tenéis la luz, creed en la luz, para que lleguéis a ser hijos de luz. Estas cosas habló Jesús, y retirándose, se escondió de ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

36 Mientras tenéis la luz creed en la luz, para que seáis hijos de la luz'. Esto dijo Jesús. Luego se fue y se ocultó de su vista.

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Juan 12:36
17 Referencias Cruzadas  

Y, dejándolos, salió de la ciudad y se fue a Betania, donde pasó la noche.


Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada en lo alto de una montaña no puede ocultarse.


Cuando el amo se enteró de esto, elogió la astucia de aquel administrador inmoral. Y es que, en efecto, los que pertenecen a este mundo son más sagaces en sus negocios que los que pertenecen a la luz.


Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, a fin de que todos creyeran por medio de él.


Por este motivo, Jesús dejó de andar públicamente entre los judíos. Abandonó la región de Judea y se encaminó a un pueblo llamado Efraím, cercano al desierto. Allí se quedó con sus discípulos durante algún tiempo.


A pesar de que habían visto con sus propios ojos los grandes milagros que Jesús había hecho, no creían en él.


Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que cree en mí no siga en las tinieblas.


En cambio, los que actúan conforme a la verdad, buscan la luz, para que aparezca con toda claridad que es Dios quien inspira todas sus acciones.


Jesús de nuevo les dijo: - Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.


Ante tal afirmación, los judíos intentaron apedrearle; pero Jesús se escondió y salió del templo.


En otro tiempo erais tinieblas, pero ahora, injertados en Cristo, sois luz. Portaos como quienes pertenecen al reino de la luz,


Todos vosotros, en efecto, sois luz; pertenecéis al día, no a la noche o a las tinieblas.


Nosotros, en cambio, que pertenecemos al día, debemos estar vigilantes: que la fe y el amor nos rodeen como una coraza; que la esperanza de la salvación nos sirva de casco protector.


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