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Apocalipsis 6:4 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

4 Salió entonces otro caballo de color rojo escarlata. Su jinete blandía una espada, y tenía la misión de borrar la paz de la tierra provocando guerras fratricidas.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

4 Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Entonces apareció otro caballo, de color rojo. Al jinete se le dio una gran espada y la autoridad para quitar la paz de la tierra. Y hubo guerra y masacre por todas partes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Salió entonces otro caballo de color rojo fuego. Al que lo montaba se le ordenó que desterrara la paz de la tierra y se le dio una gran espada para que los hombres se mataran unos a otros.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y salió otro caballo, rojo encendido; y al que lo montaba le fue dado quitar la paz de la tierra, y que se mataran unos a otros; y le fue dada una gran espada.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Y salió otro caballo, rojo; a su jinete se le dio el poder de quitar la paz de la tierra y de hacer que los hombres se degollaran entre sí; y se le dio una gran espada.

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Apocalipsis 6:4
17 Referencias Cruzadas  

No creáis que he venido a traer la paz al mundo. ¡No he venido a traer paz, sino guerra!


Oiréis alarmas de guerras y rumores de conflictos bélicos. Mirad que no os alarméis, pues, aunque todo esto ha de suceder, todavía no será el fin.


Jesús le respondió: - No tendrías autoridad alguna sobre mí si Dios no te la hubiese concedido; por eso, el que me ha entregado a ti es mucho más culpable que tú.


Con su cola arrastró un tercio de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se puso al acecho frente a la mujer que iba a dar a luz, dispuesto a devorar al hijo en cuanto naciera.


El que esté destinado a ser cautivo, cautivo será. El que haya de morir a espada, a filo de espada morirá. ¡Ha sonado la hora de poner a prueba la firmeza y la fe de los consagrados a Dios!


Me llevó, pues, en visión a un desierto, donde vi a una mujer montada en una bestia de color rojo escarlata. La bestia tenía siete cabezas y diez cuernos y estaba cubierta de títulos blasfemos.


Y vi cómo la mujer se emborrachaba con la sangre de los consagrados a Dios y de los que fueron mártires por amor a Jesús.


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