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Apocalipsis 6:16 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

16 diciendo a cumbres y peñascos: - Caed sobre nosotros; que no nos vea el que está sentado en el trono, que no dé con nosotros la ira del Cordero.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Y gritaban a las montañas y a las rocas: «Caigan sobre nosotros y escóndannos del rostro de aquel que se sienta en el trono, y de la ira del Cordero;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 y decían: 'Caigan sobre nosotros, cerros y rocas y ocúltennos del que se sienta en el trono y de la cólera del Cordero,

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 y dijeron a las montañas y a las peñas: ¡Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro del que está sentado en el trono, y de la ira del Cordero!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Y dicen a los montes y a los riscos: ' Caed sobre nosotros y ocultadnos de la presencia del que está sentado en el trono, y de la ira del Cordero'.

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Apocalipsis 6:16
21 Referencias Cruzadas  

Jesús le respondió: - Tú lo has dicho. Pero añadiré que en adelante veréis al Hijo del hombre sentado en el lugar de honor al lado del Dios todopoderoso y viniendo sobre las nubes del cielo.


Jesús les echó una mirada, enojado y entristecido al mismo tiempo por verlos tan obcecados, y dijo al enfermo: - Extiende la mano. El la extendió y le quedó sana.


La gente comenzaron entonces a decir a las montañas: 'Caed sobre nosotros!'; y a las colinas: 'Sepultadnos!'


y pronunció este juramento: - Por el que vive por siempre y para siempre; por el que creó el cielo, la tierra, el mar y cuanto en ellos se contiene, juro que el plazo se ha cumplido.


Una espada afilada salía de su boca, para herir con ella a las naciones, a las que gobernará con cetro de hierro; y pisará el lagar del vino de la terrible ira de Dios, que es dueño de todo.


Vi luego un trono resplandeciente y majestuoso. Ante la presencia del que estaba sentado en él desaparecieron el cielo y la tierra, sin dejar rastro tras de sí.


Al instante caí en éxtasis, y vi un trono colocado en medio del cielo y alguien sentado en él.


Relámpago y truenos fragorosos salían del trono; ante él ardían siete lámparas, que eran los siete espíritus de Dios,


Y cada vez que los cuatro vivientes tributan gloria y honor y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por siempre,


En la mano derecha del que estaba sentado en el trono vi un libro enrollado, escrito por ambos lados y sellado con siete sellos.


Y gritaron con voz poderosa: - Señor santo y veraz, ¿cuánto vas a tardar en hacernos justicia y vengar la muerte que nos dieron los que viven en la tierra?


Serán días en que los hombres buscarán la muerte, y no la encontrarán; suspirarán por morir, y la muerte huirá de ellos.


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